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Instituto de la Patagonia consolida más de cinco décadas de desarrollo científico y cultural en Magallanes

Asimismo, el Museo del Recuerdo, parte integrante de la entidad perteneciente a la Universidad de Magallanes (UMAG), cumplió, este año, su primera mitad  de siglo, dando cuenta, así, de su valioso aporte al patrimonio y la historia de este territorio austral. Reafirmando su compromiso con la generación de conocimiento y la difusión de las ciencias humanas y naturales de la región, el Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, celebra, esta primera semana de marzo, 52 años de existencia en la zona más austral de nuestro país, una trayectoria que lo consolida como el principal centro de estudios […]

Meridional Radio 04-03-2021 / 17:48:10
  • Asimismo, el Museo del Recuerdo, parte integrante de la entidad perteneciente a la Universidad de Magallanes (UMAG), cumplió, este año, su primera mitad  de siglo, dando cuenta, así, de su valioso aporte al patrimonio y la historia de este territorio austral.

Reafirmando su compromiso con la generación de conocimiento y la difusión de las ciencias humanas y naturales de la región, el Instituto de la Patagonia de la Universidad de Magallanes, celebra, esta primera semana de marzo, 52 años de existencia en la zona más austral de nuestro país, una trayectoria que lo consolida como el principal centro de estudios asociado al territorio y, también, como un hito en la preservación histórica de la vida magallánica, a través de su Museo del Recuerdo.

El Instituto de la Patagonia fue fundado un 02 de marzo de 1969 por el historiador magallánico y ex intendente regional Mateo Martinic Beros como un centro de investigación científica que pretendía contribuir a la descentralización del quehacer profesional en diversas áreas, impulsando los departamentos de Historia y Geografía (Historia y Arqueología), Recursos Naturales (Botánica y Zoología) y el Centro de Investigación Hortícola. En 1985 es incorporado a la UMAG, desde donde, sus decenas de académicos/as e investigadores/as contribuyen con trabajos científicos alusivos al acontecer humano en el tiempo y a las características de los ecosistemas naturales propios de la Patagonia.

Al día de hoy, cuenta con un moderno Centro de Documentación Patrimonial Fuego-Patagonia cuyo objetivo es poner en valor documentos y archivos históricos de la Región de Magallanes, a través de un proceso de conservación y digitalización de las piezas hoy almacenadas en la Biblioteca del Instituto. Asimismo, ha mantenido y fortalecido, en estas más de cinco décadas, sus líneas de investigación en Historia y Arqueología, Biología, Geociencias y Horticultura, entre otras áreas emergentes, ocupándose, además, de la conservación, puesta en valor y difusión del acervo patrimonial, material e inmaterial, natural y cultural que conforma la herencia del extremo meridional de Chile.

Museo del Recuerdo: medio siglo al servicio del resguardo patrimonial

El Museo del Recuerdo abrió sus puertas a la comunidad el 4 de marzo de 1971  con la misión de resguardar el patrimonio cultural tangible de la comunidad magallánica. Se instaló un letrero con el nombre del museo incluyendo en la parte posterior el mensaje “Es un deber conservar los elementos de trabajo que ayudaron a los pioneros a construir la civilización y el progreso en la Patagonia y Tierra del Fuego”. En un comienzo habían un poco más de cincuenta piezas, entre carretas y maquinarias, pero paulatinamente fueron aumentando las donaciones, permitiendo en la actualidad exhibir una completa muestra museográfica que ejemplifica la vida en el territorio entre los años 1880 y 1950.

Para Rodrigo González Vivar, curador y guía de este espacio integrante del Instituto de la Patagonia, “todos estos objetos que han sido donados por familias de la región representan un período de la humanidad en el contexto territorial, es decir, cómo Magallanes va evolucionando y como está inserta en esta globalización, lo que es muy interesante”. A su juicio, “poder disfrutar de este espejo hacia al pasado que nos muestra cómo era la vida magallánica, hace 50 años, hace 100 años y poder vislumbrar cómo era la época colonial en el territorio magallánico, es fascinante y nos invita a disfrutar como un viaje en el tiempo, ya que se pueden ver adelantos cinematográficos, de la industria marítima y ganadera de antaño, entro otros”.

En los últimos años, el Museo se ha adjudicado varios proyectos de remodelación y mantención, por lo que se ha aprovechado el tiempo de realizar recorridos virtuales. Previo a la pandemia, en tanto y con el afán de apoyar la difusión del patrimonio histórico, se realizaron muestras al aire libre e interior encabezadas por el grupo de teatro de la UMAG, con temáticas alusivas a los pueblos originarios y la vida de la gente magallánica en la estancias y la ciudad.

“El Museo del Recuerdo, hace que los magallánicos se sientan parte porque es un espacio que refleja todas nuestras historias. Gran parte de este relato es representante de nuestra identidad magallánica: las labores ganaderas, industriales, marítimas, rurales, urbanas y por supuesto la casa, el hogar. Hoy es un parque cultural que no solamente configura un espacio histórico-patrimonial, sino que también, un área verde hermosa donde conviven aves y otros seres vivos”, resaltó González.

Por último, hizo hincapié en el valor que adquiere para la comunidad magallánica seguir desarrollando la actividad museográfica alojada en el Instituto de la Patagonia. “En estos 50 años, hemos visto cómo, poco a poco, se han ido integrando diversas piezas, diversas máquinas, diversos pabellones a este espacio que son aproximadamente 29 mil metros cuadrados y que actualmente se ha posicionado como uno de los lugares de hito y relevancia histórico-patrimonial dentro de nuestro territorio y esto es porque todos objetos que están aquí pertenecieron a personas que vivieron y que incluso sus familiares, hasta el día de hoy, viven aquí”.

Debido a la contingencia sanitaria, el Museo se mantiene cerrado al público, pero, prontamente, retomará los recorridos virtuales que buscan mantener la conexión que el espacio ha construido con la comunidad local y visitante en este medio siglo de existencia.