8M: El origen e importancia de este día como símbolo de lucha femenina
Descubre los episodios cruciales que dieron vida al Día Internacional de la Mujer y su significado actual.
La conmemoración del Día Internacional de la Mujer cada 8 de marzo no es un acontecimiento arbitrario. Rememora las distintas luchas y sacrificios que millones de mujeres han enfrentado globalmente para exigir igualdad y el reconocimiento de sus derechos. Bárbara Haas recopila acontecimientos fundamentales entrelazados con esta fecha, iniciando con el primer Día Nacional de la Mujer en 1909, impulsado por el Partido Socialista en Estados Unidos.
La primera convención nacional por los derechos de las mujeres se remonta a 1848, cuando Elizabeth Cady Stanton y Lucretia Mott, indignadas por la discriminación hacia las mujeres, organizaron un evento clave para denunciar la prohibición impuesta sobre el discurso femenino en un congreso antiesclavitud.
Avanzando en tiempo, una huelga por los derechos laborales de las trabajadoras de la industria textil marcó la importancia del 8 de marzo en 1909, sentando un precedente de protesta y reivindicación. Años más tarde, el incendio en la Triangle Waist Company en Nueva York, que costó la vida de decenas de jóvenes inmigrantes, evidenció la urgencia de mejorar las condiciones de trabajo y seguridad.
Otro hito tuvo lugar en Rusia, donde la demanda por 'pan y paz' llevó a las mujeres a huelga, derivando en abdicación del Zar y concesión del sufragio femenino, marcando históricamente el 23 de febrero del calendario juliano, equivalente al 8 de marzo gregoriano. Esta conjunción de fechas entre distintos calendarios da razón al día que hoy en día se consolida como la jornada internacional de las mujeres.
Así, el 8 de marzo sobrepasó las barreras del tiempo y se convirtió en un emblema mundial de la persistencia en la lucha por la igualdad de género. Es una fecha que no solo recuerda la lucha histórica de las mujeres, sino que también impulsa la transformación constante hacia un futuro donde la equidad sea la norma, no la excepción. Un llamado a la reflexión y acción que resuena año tras año y cuyos ecos perduran, nos recuerda que la historia se escribe con las batallas de todos y cada uno, influenciando a generaciones enternas y promoviendo los cambios necesarios para garantizar una sociedad justa y equitativa.